El influjo de Roberto Arlt en la Literatura Argentina
Roberto Emilio Godofredo Arlt, una figura multifacética que abrazó roles como novelista, cuentista, dramaturgo, periodista e inventor, nació el 26 de abril de 1900 en Buenos Aires. Reconocido ampliamente por su contribución significativa a la literatura argentina del siglo XX, Arlt dejó una huella indeleble en el panorama literario del país.
Sus obras maestras, como "El juguete rabioso" (1926), "Los siete locos" (1929), "Los Lanzallamas" (1931), "El Amor Brujo" (1932), y algunas piezas teatrales destacadas, como "Trescientos millones" (1932) y "La isla desierta" (1937), ocupan un lugar indiscutible en la historia literaria argentina. No obstante, la vida y el legado de Arlt no se limitan a sus novelas y obras de teatro, también dejó un legado periodístico invaluable en forma de "aguafuertes" -columnas lúcidas y penetrantes que se publicaban semanalmente en el diario El Mundo.
Pese a su estatura literaria, la figura de Arlt fue eclipsada durante los años 40s, 50s y principios de los 60s, sin embargo, su obra experimentó un resurgimiento gracias a la labor de críticos como el recordado Ricardo Piglia. Su narrativa, rica en personajes idealistas y en entornos caracterizados por la miseria humana y paisajes sombríos, pintó un retrato vívido de la Buenos Aires de principios de siglo.
Nacido de padres inmigrantes pobres, la infancia de Arlt transcurrió en el barrio porteño de Flores. A pesar de ser expulsado de la escuela a temprana edad, se convirtió en un apasionado autodidacta. Dejó su hogar a los dieciséis años y trabajó en una variedad de roles antes de encontrar su vocación en el periodismo. A lo largo de su carrera, Arlt demostró ser no solo un prolífico escritor sino también un inventor intrigante, incluso llegó a patentar unas medias reforzadas con caucho.
La vida personal de Arlt incluyó dos matrimonios, el primero con Carmen Antinucci en 1922, con quien tuvo una hija, Mirta. Tras la muerte de Carmen, Arlt volvió a casarse en 1940 con Elisabeth Mary Shine, con quien tuvo un hijo. Arlt murió el 26 de julio de 1942, de un paro cardíaco en Buenos Aires. Su hija Mirta, se encargó de su legado hasta su fallecimiento en 2014.
Estilo literario e influencia
Desde un balcón en la Ciudad de Buenos Aires en 1935, Arlt observó y plasmó en su escritura las grandezas y miserias de su sociedad. A pesar de las críticas que recibió durante la primera mitad del siglo XX, hoy su obra es considerada un hito de la literatura argentina.
Líderes de opinión y escritores reconocidos, como Abelardo Castillo y Guillermo Saccom
anno, colocan a Arlt en un pedestal literario, igualando su influencia con la de Domingo F. Sarmiento, Lucio V. Mansilla, Julio Cortázar y Rodolfo Walsh. Su narrativa, que combinaba el naturalismo y el humor para describir personajes y ambientes decadentes, redefinió los paradigmas temáticos y lingüísticos de su tiempo.
Tras su muerte, su reconocimiento creció y es considerado el primer autor moderno de la República Argentina. Escritores como Ricardo Piglia, César Aira y Roberto Bolaño han reconocido su influencia. Durante la década de 1930, Arlt también incursionó en el teatro, abordando problemáticas sociales y filosóficas que lo consolidaron como un precursor de corrientes teatrales como el absurdismo y el existencialismo.